Historia

La Antigua, Soberana, Militar y Venerable Orden de San Andrés de Jerusalén fue instituida en 1232 en San Juan de Acre en memoria de  su titular, que fue uno de los doce Apóstoles y es reconocido como el Protocletus, el Primer Llamado, porque fue el primer Apóstol que Nuestro Señor Jesucristo convocó a su servicio. Andrés y su hermano Pedro se ganaban la vida como pescadores en el mar de Galilea. Ambos hombres se convirtieron en apóstoles, San Pedro representa simbólicamente a la Iglesia de Occidente y San Andrés representa, también simbólicamente, a la Iglesia de Oriente. Tras la caída del Reino de Jerusalén en 1291, los Caballeros de San Andrés fueron acogidos en Constantinopla, profesando  con el tiempo la mayoría de ellos la Fé de la  Iglesia Católica Apostólica Romana incorporando otros nuevos, ya unos ortodoxos, los más, y otros romanos, los menos, hasta 1453. Los Caballeros de San Andrés participaron activamente en la defensa de la segunda Roma, siendo muertos y los supervivientes esclavizados por los invasores.

La Orden desapareció pero el Patriarcado Ortodoxo de Antioquía se hizo cargo de la custodia de su nombre y “Fons Honorum”. Este Patriarcado rompió su relación con la Iglesia de Roma tras el Cisma de 1054, donde se alineó con la Iglesia de Constantinopla, siendo la ruptura definitiva en 1098. El Patriarcado de Antioquía existe desde la primera Iglesia cristiana y pasa a la obediencia Católica Apostólica Ortodoxa tras el cisma de 1054, com plena independencia administrativa y territorial, pero en Comunión Espiritual, con el resto de las Iglesias Ortodoxas. La escisión de la Iglesia greco-melquita, que se hace Católica Apostólica Romana desde 1724, deja muy debilitada la obediencia Ortodoxa en el Patriarcado, tanto que a partir de esa fecha queda  subordinado al Patriarcado Ortodoxo de Constantinopla hasta 1888, fecha en la que recupera su plena autonomía que mantiene hasta la fecha.

A su vez y en paralelo en el tiempo, tras la conquista de la Nueva Roma por los Cruzados aparece el Patriarcado Latino de Constantinopla que fue una Diócesis de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Fue erigido en 1204 durante la IV Cruzada que dio lugar al nacimiento del Imperio Latino de Oriente, y fue suprimido en 1964, año en que la Iglesia Católica Apostólica Romana, a instancias de Su Santidad el Papa Pablo VI abolió el título y la jurisdicción, reconociendo como único Patriarcado en Constantinopla al de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa, a partir de entonces Patriarcado Ecuménico Católico Apostólico Ortodoxo de Constantinopla.

El Patriarcado latino perdió su sede en Constantinopla en 1261 y su último ámbito territorial en oriente cuando los venecianos perdieron Negroponte a manos otomanas el 12 de julio de 1470. El Patriarca latino perdió su jurisdicción territorial y pasó a Venecia. En Constantinopla, como se mantuvo una comunidad genovesa, el Patriarca conservó el derecho de nombrar un Vicario Patriarcal que residía en la ciudad. En 1623 se nombró  un Obispo auxiliar para la sede de Constantinopla. Sin embargo, los conflictos de jurisdicción entre los obispos auxiliares y los vicarios patriarcales eran inevitables. Así, el 5 de marzo de 1652, Su Santidad el Papa Inocencio X aprobó poner bajo su directa autoridad a los Católicos Apostólicos Romanos de Constantinopla, bajo una autoridad episcopal nombrada por la Santa Sede, el Vicario Apostólico de Constantinopla; quedando el Patriarcado Latino como una dignidad meramente protocolaria. Tras la muerte del Patriarca Antonio Anastasio Rossi el 29 de marzo de 1948, la sede titular permaneció vacante y finalmente fue abolida en 1964 en el marco de los mandatos del Concilio Vaticano II, reconociendo como único al Patriarca Católico Apostólico Ortodoxo Su Beatitud Atenárogas I que llevaba adelante los pasos de reconciliación entre las Iglesias.

El Patriarcado Ecuménico de Constantinopla es el centro más alto y más sagrado de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa en todo el mundo. Es una institución con una historia que abarca diecisiete siglos, durante la cual siempre conservó su sede en Constantinopla. Constituye el centro de casi todas las Iglesias Católicas Apostólicas Ortodoxas Nacionales dirigiéndolas, a diferencia de la Iglesia de Roma, no por administración sino por su primacía en el ministerio de la unidad panortodoxa y la coordinación de la actividad de toda la ortodoxia, es un primero entre iguales.

El Patriarcado tiene dos dignidades:

  • La Orden Constantiniana de San Jorge de Constantinopla -que es otorgada en occidente por delegación del Patriarca Ecuménico Ortodoxo de Constantinopla, la nueva Roma, por los Arzobispos Primados de las Iglesias nacionales o territoriales Católicas Apostólicas Ortodoxas y en nuestro caso por el Arzobispo Primado de Lisboa para Portugal y España.
  • La Orden de San Andrés Apóstol, constituida en 1966 en América del Norte, que recoge el legado histórico de la Antigua, Soberana, Militar y Venerable Orden de San Andrés de Jerusalén, en la que se hacía mención a la Soberanía porque su Iglesia y su Patriarcado Ecuménico goza de ella y son Sujeto de Derecho Internacional Público.

El Patriarca Ecuménico, cuya residencia está en Constantinopla goza de extraterritorialidad en dicha ciudad e igualmente como cabeza de su Iglesia tiene estatus de gobernador sobre el Monte Athos, enclavado en Grecia, extraterritorial y fuera de la Unión Europea, cuyo nombre oficial es Estado Monástico Autónomo de la Montaña Sagrada. Este territorio viene representado ante la Unión Europea por la República Griega y en otros por el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, ante la que posee delegación diplomática.

El Patriarcado Ecuménico de Constantinopla fue reconocido en su estatuto y condición de Sujeto de Derecho Internacional por última vez en sede judicial el 8 de julio de 2008, cuando el Tribunal Europeo de Derechos Humanos («TEDH») emitió una sentencia histórica, el veredicto fue  unánime votando a favor los siete Jueces incluido el Juez representativo de Turquía, pues ratifica la posición del Patriarcado Ecuménico en el ámbito del Derecho Internacional.

Sus disposiciones son las siguientes:

  • El Patriarcado Ecuménico tiene personalidad jurídica internacional y ejercer en Derecho todas las acciones y prerrogativas que de la misma se derivan
  • El Patriarcado de Constantinopla puede usar legítimamente el título de “Ecuménico” y tiene un papel de liderazgo en todo el mundo cristiano ortodoxo.
  • Que el Tratado de Lausana (1923) se aplica al Patriarcado Ecuménico, proporcionando así una base adicional por la cual los Gobiernos deben protegerle en relación con el ejercicio de los derechos humanos básicos.

Las Iglesias Católicas Apostólicas Ortodoxas independientes, pero vinculadas espiritualmente al Patriarcado Ecuménico, son las siguientes: la Copta; la de Armenia, la de toda América; la japonesa, la china; la coreana, la montenegrina; la ukraniana; la de Letonia; la de Moldavia; la de Lituania, la de Bielorrusia; y la Macedonia. Otras dos, la Iglesia ortodoxa de Finlandia y la Iglesia Ortodoxa de Estonia que están en un término intermedio, pues el Patriarcado les ha concedido la autonomía, pero todavía no son una Iglesia independiente. Las Iglesias Católicas Apostólicas Ortodoxas Autocéfalas, que están en Comunión con la Iglesia de Constantinopla pero no tienen siquiera dependencia espiritual de su Patriarca Ecuménico son:

el Patriarcado de Alejandría;  de Antioquía;  de Jerusalén; de Moscú; de Serbia;  de Rumania y Bessarabia;, de Bulgaria; y de Georgia; la Archidiócesis de Monte Sinai, la Iglesia ortodoxa de Polonia; Iglesia ortodoxa de Grecia, Atenas y Creta; Iglesia ortodoxa de Chipre; Iglesia ortodoxa de Albania; Iglesia ortodoxa de Chequia; Iglesia Ortodoxa de Eslovaquia; y la Iglesia Ortodoxa de fuera de Rusia, en el Canada y los Estados Unidos de América, dependiente del Patriarcado de Moscú. Los Católicos Apostólicos Ortodoxos que no están bajo la jurisdicción de las Iglesias autocéfalas, independientes o autónomas antes mencionadas, se encuentran dentro de la jurisdicción del Patriarcado Ecuménico y sienten constituir una única comunidad esencialmente espiritual, unida en su diversidad.

Un caso especialísimo es el de la Iglesia Ortodoxa de Albania, donde el cristianismo fue mayoritario hasta la llegada de los turcos, que impusieron el islam a fuerza de impuestos, discriminaciones y persecuciones, lo que desmiente histórica y científicamente la ficción de la alianza de las civilizaciones o la convivencia de las religiones; los que resistieron, Católicos Apostólicos Ortodoxos, permanecieron bajo la Jurisdicción del Patriarca de Constantinopla. Tras la independencia del país, en 1922, un Congreso  religiosos ortodoxo reunido en Berat, proclamó la autocefalía de la Iglesia Ortodoxa de Albania, no siendo reconocida por los Obispos de origen griegos que abandonaron el país. Entre 1926 y 1929 fracasaron los intentos de un acuerdo con el Patriarca de Constantinopla y finalmente éste depuso a los Obispos albaneses, y el gobierno albano, en respuesta, expulsó al representante del Patriarca en el país. De este modo se produjo el cisma y la independencia de la Iglesia de Albania, que finalmente fue reconocida por Constantinopla el 12 de Abril de 1937. Durante la ocupación italiana se hizo un importante proselitismo en favor de la Iglesia Católica Apostólica Romana que hizo que el 10% de la población pasase a la obediencia del Santo Padre, mientras que otro 25% se mantuvo en la ortodoxia, siendo el resto musulmana. En esa época el griego, aún era ampliamente usado en la liturgia entre los ortodoxos, pero ya había comenzado a darse un proceso de traducción de los textos litúrgicos al albanés.

La revolución comunista de 1945, marcó el inicio de una salvaje persecución de todos los grupos religiosos de Albania, el régimen  dictatorial y totalitario ejecutó a muchos influyentes sacerdotes, y en 1949, el  Excelentísimo y Reverendísimo Arzobispo de Tirana, KISSI,  Primado de la Iglesia Ortodoxa de Albania fue depuesto y todos sus obispos ortodoxos fueron reemplazados por  hombres favorables al gobierno como administradores de la Iglesia, algunos sin reunir requisito eclesiástico alguno.

El régimen comunista albanés tomó las medidas más contrarias a la religión entre todos los gobiernos marxistas de Europa oriental; cerró todos los edificios religiosos, en concreto 2.169 iglesias ortodoxas y latinas, mezquitas, monasterios, escuelas, hospitales y cuantas instituciones tenían relación con la religión y toda práctica religiosa se consideró ilegal. En 1967 el Excelentísimo y Reverendísimo Arzobispo de Tirana, DAMIANOS, fue enviado a prisión, donde murió en 1973. Cuando cae el gobierno comunista ningún Obispo había sobrevivido al régimen, si bien se había nombrado por el ya Patriarcado Ecuménico de Constantinopla el cual había otorgado el estatus de Iglesia Autocéfala a los Ortodoxos de Albania, un Exarca Patriarcal de esa Iglesia, el Patriarca en la diáspora de la misma; en concreto el designado fue el Metropolita ANASTASIOS, profesor de la Universidad de Atenas, cuya tarea era mantener y reconstruir canónicamente la Iglesia Ortodoxa Albanesa Autocéfala.

El 24 de Junio de 1992, caída la dictadura, el Santo Sínodo del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, eligió a ANASTASIOS como Arzobispo de Tirana y toda Albania y nombró a otros tres obispos, también de nacionalidad griega para ocupar las restantes diócesis del país. Sin embargo el gobierno albanés no reconoció los nombramientos de los nuevos obispos. Entretanto el Señor Arzobispo fue entronizado en agosto de 1992 y en julio de 1996, el Patriarcado Ecuménico, procedió a ordenar a los tres Obispos electos desde hacía cuatro años para ocupar las diócesis albanesas; pero el gobierno no sólo los rechazó, sino que no se les autorizó su ingreso al país y se insistió en el nombramientos de obispos étnicamente albaneses para ocupar dichos cargos. El gobierno del Presidente señaló que el Señor Arzobispo había sido nombrado temporalmente para custodiar la Iglesia en la diáspora y mientras duraba el régimen totalitario, y acto seguido, el gobierno propuso un nuevo anteproyecto  constitucional, en el cual se requería a la cabeza de cualquier religión en Albania fuera ciudadano albanés, nacido en el país, y que residiera en el territorio nacional, de forma permanente por un período de al menos 20 años, pero en el referéndum constitucional esta propuesta fue rechazada por el 60% de los votos. La cuestión fue finalmente resuelta en 1998 después de seis años de arduas negociaciones, cuando con el mutuo consenso entre el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, la Iglesia Ortodoxa de Albania, y el gobierno albanés se dispuso que dos de los obispos griegos ordenados deberían resignar sus cargos, y uno de ellos, el Metropolita IGNATIOS fue entronizado el 18 de julio de ese año.

Ese mismo día, ANASTASIOS, nombró, con la aquiescencia de dos representantes del Patriarcado Ecuménico, nuevos obispos étnicamente albaneses: el Archimandrita PELUSHI, de 43 años, fue elegido como Obispo de Korca, y el Padre QIRJO, de 77 años fue también elegido como Obispo de Apollonia. De este modo quedó completo y conformado el Santo Sínodo de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa de Albania, con su Patriarca, Arzobispo de Tirana la capital del país, y sus tres diócesis históricas. La situación era terrible, cuando cayó el régimen comunista, únicamente habían sobrevivido 22 sacerdotes ortodoxos en toda Albania, todos de mucha edad de los que sólo 5 seguían con vida en 1998, pero la Fe sobrevivía, en los n los primeros seis años desde que esta Iglesia fue restablecida, 70 templos nuevos fueron edificados, 65 reconstruidas totalmente, y 100 reparados parcialmente, todos consagrados nuevamente y se abrió la Academia de Teología, “el Seminario Resurrección de Cristo”, en un hotel abandonado de Durrës, dónde ingresaron 60 jóvenes para preparar su ordenación sacerdotal. También se comenzó a imprimir la publicación oficial de una revista mensual se llama “NGJALLIA” (Resurrección), y  se abrió una estación de radio oficial de la Iglesia ortodoxa con el mismo nombre.

En la diáspora norteamericana la emigración albanesa organizó su religiosidad con fuerza, contando con otras dos jurisdicciones Católicas Apostólicas Ortodoxas albanesas, además de las cuatro territoriales en el país. La Archidiócesis Ortodoxa Albanesa en América, integrada en la Iglesia Ortodoxa de toda América, con 13 parroquias propias; y la Diócesis Ortodoxa Albanesa en América, integrada asimismo en la Archidiócesis de la Iglesia Ortodoxa de Grecia, Antenas y Creta, en América. En su conjunto, las seis diócesis albanesas en Albania y en la diáspora cuentan con 1.600.000 Almas.

Todavía en la diáspora el Patriarca ALEJANDROS, de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa, designó en 2004, en reconocimiento a su labor, a don Germán Arévalo-Iborra y Granell como Asistente del Sacro Trono Patriarcal de los albaneses, reconocimiento que tiene carácter hereditario en el seno de la Iglesia de Albania.

Explicado lo anterior, es un error, y una ofensa para Ortodoxos y Anglicanos, asociar exclusivamente el calificativo de “Católico” como comúnmente se hace en los países de mayoría Católica Apostólica Romana con la Iglesia de Roma que dirige el Santo Padre, Su Santidad el Papa. Católico es un adjetivo que implica el reconocimiento de una Iglesia como comunidad espiritual universal que es dirigida por el episcopado histórico, los Obispos sucesores de los Apóstoles.

Así las Iglesias Ortodoxas y Anglicanas se consideran y son igualmente de Católicas que la Romana, y en origen son todas la misma Iglesia, encabezadas por sus Obispos y por eso se llaman Católica Apostólica Ortodoxa o Católica Reformada Anglicana, siendo impropio y carente de tacto ecuménico la exclusiva apropiación del término por ninguna de ellas. Los Católicos Ortodoxos tienen por mayor referente espiritual al Patriarca Ecuménico de Constantinopla y los Católicos Anglicanos tienen como Gobernadora Suprema a Su Graciosa Majestad Británica y director espiritual al Arzobispo de Canterbury. Aparece por primera vez en las denominadas “Epístolas Católicas”, como aplicado a las de San Pedro y San Judas dirigidas no a comunidades locales particulares, sino a la Iglesia en su totalidad. La expresión “Iglesia Católica” se halla por primera vez en la carta que escribió San Ignacio de Antioquía a los creyentes de Esmirna en el año 110. En función de ello utilizaremos los términos de “Romanos” o “Latinos” para referirnos a los creyentes y miembros de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Los Protestantes y resto de Iglesias Reformadas no participan del principio de catolicidad.

La Orden de San Andrés Apóstol, institución religiosa instaurada en 1966 como veremos, es depositaria del legado histórico de la Antigua, Soberana, Militar y Venerable Orden de San Andrés de Jerusalén y acepta a católicos de ambas obediencias, romanos y ortodoxos, abriendo más tarde las puertas a los católicos apostólicos anglicanos.

La Antigua Soberana, Militar y Venerable Orden de San Andrés de Jerusalén, era Soberana; porque su Iglesia y su Patriarcado gozan de ella y son Sujeto de Derecho Internacional Público, como hemos visto.

Recoge su legado histórico la Orden de San Andrés Apóstol, dependiente del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla y gestionada por la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa de toda América; admite ortodoxos, romanos y  anglicanos, todos católicos. Tiene representación en España, para españoles e hispanos, con sede está en Sevilla.

La Orden de San Andrés Apóstol se organizó el domingo de la Ortodoxia, 10 de marzo de 1966, cuando Su Excelencia Reverendísima el Arzobispo Iakovos de Krinis (Dimitrios Coucouzis), Primado de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa para toda América o Iglesia griega de América, una figura significativa y de representativa labor en pro del Ecumenismo y sus medidas transformadoras de su Iglesia, firmó su Decreto de erección.

Fue el primer jerarca de la Iglesia Ortodoxa en reunirse con un Santo Padre en trescientos cincuenta años; así lo hizo, tras la elección de Su Santidad el Papa Juan XXIII en 1959. Esta reunión sería anticipatoria y preparatoria de las que más tarde tendría con el Su Santidad el Papa Pablo VI,  Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Su Beatitud Atenágoras I.

El 10 de marzo de 1966 confirió a treinta destacados laicos de su Iglesia y en nombre de Su Beatitud el Patriarca Ecuménico la condición de Caballeros de la Orden siendo honrados por su amor, lealtad y apoyo al Patriarcado Ecuménico. También así preservaba en la Orden de San Andrés Apóstol, el legado de la Antigua, Soberana, Militar y Venerable Orden de San Andrés de Jerusalén. Este legado hace que la Orden se derive de una de las más prestigiosas del mundo antiguo.

La Orden se reúne anualmente y celebra el 30 de noviembre, que es la fiesta de San Andrés Apóstol, patrón y homónimo de la Organización. El objetivo fundamental de la Orden está dirigido a una preocupación constante por la libertad religiosa y la defensa y el avance del Patriarcado Ecuménico.

La Orden puede organizarse siguiendo el criterio de comunión espiritual e independencia jerárquica de las Iglesias Ortodoxas conforme a su estructura y organizaciones nacionales. La Orden admite, como hemos dicho dentro del sentir ecuménico del catolicismo, a ortodoxos y romanos desde 1966; y a también a los  anglicanos desde 1986.

Existen otras Órdenes de San Andrés, todas legítimas, que reseñamos a continuación:

  • La Orden Imperial de San Andrés, el Primer Llamado, es la más antigua de las órdenes rusas. Fue establecida por el Su Majestad Imperial el Zar Pedro I el 30 de noviembre/ 13 de diciembregreg.de 1698, en honor de San Andrés, el santo patrón de Rusia. A este Apóstol se le dio el epíteto de Protocletos, porque Juan el Bautista le aconsejó acudir a Jesús, y Andrés se unió a él; en consecuencia, se convirtió en el primer discípulo de Jesús. Después se lo presentó a su hermano Simón-Pedro. La Orden Imperial de San Andrés está siendo, actualmente, concedida, en tanto que Orden dinástica de la Casa Romanov. Sus últimos Grandes Maestres Imperiales reinantes de la Orden, fueron Su Majestad Imperial el Zar Nicolás II, asesinado por los comunistas el 17 de julio de 1918; y su hermano, Su Majestad Imperial el Zar Miguel II, que reinó por dos días del 2 al 3  de marzojul./ 15 al 16 de marzogreg. de 1917 y fue asesinado por los comunistas el 13 de julio de 1917. La Orden continuó siendo otorgada por la Casa Imperial Rusa en el exilio.

La primera concesión posrevolucionaria fue a Su Alteza Imperial el Gran Duque Jorge Konstantinovich Romanov al alcanzar su mayoría de edad dinástica en abril de 1923. Actualmente la conceden como Grandes Maestres Imperiales de la Orden, Su Alteza Imperial el Gran Duque Demetrio Romanov, Duque de Holstein-Gottorp y primer agnado de los Romanov y Su Alteza Imperial la Gran Duquesa María Vladimirovna Románova, que el 30 de enero de 2003 concedió a don Germán Arévalo-Iborra y Granell la dignidad de Prior de la Imperial Orden de San Andrés el Primer Llamado, Comendador y Caballero de Gran Cruz entre otras dignidades.

  • La Orden de San Andrés de Escocia, de la Real Sociedad Estuardista que tiene por Gran Maestre a Lord Castirter y protector al Señor Obispo de Darnley.
  • La Orden de San Andrés del Brasil, fundada por Don Salomón Ferraz, Pastor de la Iglesia Presbiteriana.
  • La Orden de San Andrés el Primer Llamado, reconocida como la más alta condecoración civil de la Federación Rusa por la Ley Presidencial 576, de 1 de julio / 13 de julio greg.de 1998.
  • La Orden de San Andrés el Primer Llamado, establecida como suprema orden religiosa el 18 de diciembre/ 31 de diciembregreg. también de 1988 por el  Patriarcado de Moscú de la Iglesia Ortodoxa de Rusia, con el mismo nombre pero con diferentes insignias y estatutos.
  • La Orden de San Andrés Rublev, también del Patriarcado de Moscú de la Iglesia Ortodoxa de Rusia, instituida en el año 2001el día 7 de febrero/ 20 de febrerogreg.

En relación con la Iglesia Romana, la Orden está afecta al EXCELENTÍSMO Y REVERENDÍSIMO ARZOBISPO DE SEVILLA, Diócesis que sustenta fundamentalmente su actividad. En relación con la Iglesia Ortodoxa, la Orden de San Andrés  de Jerusalén el primer Apóstol está afecta al SACRO ARZOBISPADO ORTODOXO DE ESPAÑA Y PORTUGAL, fundado el 20 de enero de 2003 con Acta Patriarcal y Sinodal, separándolo del Arzobispado Ortodoxo de Francia. Comprende la Península Ibérica: los territorios completos de los Estados Nacionales de España y de Portugal, también el Principado de Andorra y la Colonia de Gibraltar.

El Arzobispado es reconocido como Persona Jurídica del Estado Español con Decreto del Ministerio de la Justicia (N° 907-SG/25.04.2006, Dirección General de los Asuntos Religiosos) bajo el nombre “Iglesia Ortodoxa Griega en España”.

En Portugal es la “Igreja Ortodoxa em Portugal” (I.O.P.) Persona Religiosa legalmente constituida e inscrita bajo el N° 592000303 desde el año 2005 en el Registro Nacional de Personas Colectivas Religiosas de la República Portuguesa. El Arzobispado forma parte oficialmente, por decisión del Santo y Sacro Sínodo del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla (Prot. N°: 1154/06.11.2007).

La Orden tiene un acuerdo de representación territorial en Sevilla con la también Orden de Caballeros Archicofrades del Sacer, estando obligados los miembros de esta última en esa Diócesis a pertenecer a la Orden de San Andrés de Jerusalén el primer Apóstol. Siguiendo con la historia de la Orden en España, una vez que el Cardenal Arzobispo de Sevilla, Su Excelencia Reverendísima don Carlos Amigo y Vallejo decretase el 8 de diciembre de 1997 las normas a las que han de adaptarse las Reglas o Estatutos de las Hermandades y Cofradías de esta Archidiócesis, para organizarse y solicitar su regularización; la Comisión Gestora aprueba los Estatutos de una organización de fieles laicos el 30 de noviembre de 1.998 día de San Andrés, es por ello que, adaptados a las normas diocesanas de la Archidiócesis de Sevilla, se instituye la Orden de San Andrés de Jerusalén el primer Apóstol. Se erige canónicamente en un principio en la Iglesia de San Alberto de los Padres Filipenses de Sevilla. Posteriormente y supervisados el 16 de diciembre de 2011 por sus órganos de gobierno, se procedió a aprobar nuevos Estatutos el 18 de enero de 2012; norma redactada por el  Canciller don José Manuel Conde y Barrado y ratificada por el Gran Maestre don Germán Arévalo-Iborra y Granell, dando la aprobación canónica el Prelado Eclesiástico, Reverendo Padre Filipense don Pedro Fernández de la Cuesta, Juez del Tribunal de la Rota del Arzobispado de Sevilla. Los tres firman el documento estatutario que es presentado en el citado Arzobispado.

La Sede eclesiástica de la Orden de San Andrés de Jerusalén el primer Apóstol se establece al momento de hoy en la Santa Iglesia de Santa María la Mayor de la Villa de Sanlúcar la Mayor, Archidiócesis de Sevilla, también Diócesis de Sevilla. La Orden cuenta con dominio y web: www.ordendesanandresdejerusalen.org

Tenían en cuenta los promotores españoles que las posiciones de la Iglesia Católica Apóstolica Ortodoxa eran similares a las de la Iglesia Católica Apostólica Romana, en concreto la renovación de la Iglesia como aumento de la fidelidad hacia su vocación, incluyendo movimientos bíblico y litúrgico, la predicación de la Palabra de Dios, la catequesis, el apostolado seglar y la espiritualidad matrimonial; la conversión interior; la oración unánime por la unidad; el conocimiento mutuo de las distintas Iglesias, con un mejor saber de la doctrina, de la historia, de la vida espiritual y cultural y de la psicología religiosa de las otras Iglesias; la formación ecumenista; y una mejora en cuanto a la profundidad y exactitud en el lenguaje con que se expresa la doctrina de la Fe.

Así, basándose en estas apreciaciones, un proyecto dentro del ecumenismo encontraron los siguientes puntos de coincidencia de coincidencia:

  • La cuestión del bautismo; todos los cristianos, sean católicos, ortodoxos, anglicanos o protestantes, reconocen el valor del bautismo administrado por las demás Iglesias que no sean la suya propia. Si un cristiano desea pasar a pertenecer a otra de estas confesiones cristianas, no requiere ser bautizado de nuevo.
  • El reconocimiento de la validez de los matrimonios celebrados entre contrayentes de distintos credos cristianos. Un romano que quisiera contraer matrimonio con una persona ortodoxa solamente debe cumplimentar ciertos requisitos que no afectan su concepción del Sacramento.
  • Que sobre problemas de índole moral, como los del divorcio o del aborto, la justicia social, la vida internacional y las libertades cívicas, entre ellas, la libertada de culto, la libertad de enseñanza y la libertada de expresión, los puntos de vista son similares hasta el extremo de que las distintas Iglesias han llegado a pronunciarse a través de declaraciones comunes.
  • Que las relaciones entabladas a nivel jerárquico son muy buenas, impensables un siglo atrás. El antecedente de la ecuménica Comunidad de Taizé, o la comunidad religiosa-ecuménica de los Misioneros y Misioneras del Amor Sacramentado. La necesidad de libertad religiosa, la tolerancia religiosa y la paz entre las religiones que requiere aprender y trabajar para desarrollar relaciones buenas y pacíficas con personas de otras religiones, incluso cuando no estemos de acuerdo con sus creencias.
  • En lo que respecta a España, el grupo promotor de 1988, en su mayoría romanos o latinos, trabajaban en el mejor ánimo ecuménico conforme al mandato del Santo Padre con base en el siguiente soporte jurídico:

1916 Breve Romanorum Pontificum

1928 Mortalium Animos

1961 Unitatis Redintegratio

El Concilio Vaticano II, que estableció que: el ecumenismo debe ser fomentado por los Obispos (Decreto Christus Dominus 16); los Presbíteros no han de olvidar a los hermanos que no gozan de plena comunión eclesiástica con nosotros (Decreto Presbyterorum Ordinis 9); se ha de cultivar el espíritu ecuménico entre los neófitos (Decreto Ad Gentes Divinitus 15); se exhorta a nuestros creyentes a que, reconociendo los signos de los tiempos, participen diligentemente en la labor ecuménica (Decreto Unitatis Redintegratio 4); debemos, en nuestra acción ecuménica, sin duda, preocuparnos de los hermanos separados, orando con ellos, tratando con ellos de las cosas de la Iglesia y adelantándose a su encuentro (Decreto Unitatis Redintegratio 4); es necesario que reconozcamos con gozo y aprecio los bienes verdaderamente cristianos, procedentes del patrimonio común, que se encuentran entre los hermanos separados (Decreto Unitatis Redintegratio 4).

La mayor distinción dentro de la Orden es la de Arconte; funcionarios originarios de las antiguas ciudades-estado de Grecia, cuyas funciones se transformaron cuando Roma abrazó la Fe cristiana durante el siglo IV, como consecuencia de esta transición, los titulares de los cargos no solo eran líderes importantes de la comunidad, sino que asumieron responsabilidades religiosas específicas para el servicio y la promoción del cristianismo en el Imperio Romano. La antigua condición de Arconte es el honor más antiguo y prestigioso que se le puede otorgar a un laico en todo el mundo cristiano por Su Beatitud el Patriarca Ecuménico, siempre por destacados servicios a la Iglesia y ser líder distinguido y muy respetado de la comunidad cristiana. Es el juramento del Arconte defender y promover la Fe y la tradición cristiana, en especial la Ortodoxa. Su especial preocupación e interés es servir, proteger y promover la Orden de San Andrés Apóstol y su misión. También debe atender los derechos inalienables de la raza humana dondequiera y cuando sea que sean violados, y el bienestar general de las Iglesias cristianas.

Este honor otorgado por el Patriarcado Ecuménico conlleva graves responsabilidades, profundos compromisos y sincera dedicación. En consecuencia, es de suma importancia que este honor sea otorgado a personas de carácter cristiano probado, que se ajusten fielmente a las enseñanzas de Cristo y las doctrinas, cánones, culto, disciplina y encíclicas de la Iglesia.

Cada año líderes laicos reciben el título de “Arconte” y se les otorga un “Ofikion” en nombre de la Iglesia y del Patriarcado Ecuménico. A través de esta decoración se ha conservado un título bizantino imperial y también eclesiástico. El título de Arconte, otorgados a los Caballeros de la Orden, se remonta así a más de mil años, siendo líderes laicos de la Iglesia y pioneros de la misma en la vida cívica.